LOLES LÓPEZ es seguramente la figura más brillante de la nueva generación política onubense. Incluyendo todos los yacimientos políticos, por supuesto. Su actitud y su trabajo constante ya dio un zarpazo importante en el Ayuntamiento de Valverde –un feudo tradicional del PSOE— en las pasadas municipales y todo augura que en los próximos comicios lo menos que puede hacer es asomarse al pretil de ese pozo imprevisible que es el triunfo. Basta oír un Pleno de esos que se graban en Valverde para comprender que no hay color entre ella y sus adocenados opositores, a lo que hay que añadir que parece que estaría logrando romper el viejo círculo de hierro valverdeño hasta convencer a nuevos valores locales para que den su paso al frente y se metan en el fregado.
La penúltima que le he escuchado a Loles López fue su alegato en el debatillo sobre los Presupuestos concejiles, una actuación realmente soberbia si se compara con la nimiedad del argumentario exhibido enfrente. Y la última, por el momento, su enérgica denuncia, cargada de razón, ante lo que parece que está ocurriendo en Nerva, a saber la posibilidad de que, ante el silencio cómplice de unos y otros, los residuos peligrosos que están llegando a ese cementerio tan poco rentable sean realmente incontrolados.
Es una pena, a mi juicio, que el PP no recurra más a Loles López, quiero decir fuera de su alfoz e incluso de su comarca, y me fundo en que no hay más que oírla vapulear al “régimen” cara a cara para hacerse cargo de que hay en ella a estas alturas algo más que una promesa. Son para escucharlas las encerronas que le prepara, por ejemplo, Radio Valverde, en las que no deja títere con cabeza, aunque sea preciso reconocer que las cabezas en cuestión son de liviano peso. O los embates que le dedica, directa o indirectamente, la prensa de partido –incluido el Odiel de Huelva— sin conseguir que esta política ya granada se despeine siquiera, los palos que le dirigen a sus “fichajes” de cara al inquietante y próximo combate electoral en el que verosímilmente la progresión del PP frente a ese “régimen” valverdeño será, más que notable.
Una pena, ya digo, y así lo he comentado en las más altas esferas de un partido que aunque dice que sí, que cuenta con ello y que lo sabe, la verdad es que no le da a esa promesa hecha realidad el sitio que sería menester. Yo apostaría a que, tras esas municipales, Huelva y Andalucía van a tener en ella un activo especialísimo. El diablo sabe más por viejo que por diablo, ya saben, pero también por diablo, no lo duden.
